El edge computing es un tipo de informática que ocurre en la ubicación física del usuario, de la fuente de datos, o cerca de ellas. Esto permite que los usuarios obtengan servicios más rápidos y confiables, y que las empresas puedan aprovechar la flexibilidad del cloud computing híbrido. Con el edge computing, las empresas pueden usar y distribuir un conjunto común de recursos en una gran cantidad de ubicaciones.
¿Cómo utilizan las empresas el edge computing con los centros de datos y la nube pública?
El edge computing es una estrategia que permite llevar un entorno uniforme desde el centro de datos principal hasta las ubicaciones físicas cercanas a los usuarios y a los datos. Así como una estrategia de nube híbrida permite que las empresas ejecuten las mismas cargas de trabajo tanto en sus propios centros de datos como en una infraestructura de nube pública (por ejemplo: Amazon Web Services, Microsoft Azure o Google Cloud), una estrategia de edge computing amplía el entorno de nube a muchas más ubicaciones.
En la actualidad, el edge computing se utiliza en muchos sectores, como el de las telecomunicaciones, la producción, el transporte y los servicios públicos, entre otros. Las razones por las que se implementa esta tecnología son tan variadas como las empresas que la utilizan.
Algunos casos prácticos comunes de edge computing
Muchos casos prácticos de edge computing surgen de la necesidad de procesar datos de manera local e inmediata, porque si se transmiten a un centro para procesarlos, se generan niveles de latencia inaceptables.
Un claro ejemplo de esto puede ser una planta de fabricación moderna. En las fábricas, los sensores del Internet de las cosas (IoT) generan un flujo constante de datos que pueden utilizarse para prevenir averías y mejorar las operaciones. Según una estimación, una planta moderna con 2000 equipos puede generar 2200 terabytes de datos al mes. Es más rápido, y más rentable, procesar ese cúmulo de datos cerca de los equipos, en lugar de transmitirlos primero a un centro de datos remoto. Sin embargo, lo ideal es que los equipos estén conectados a través de una plataforma de datos centralizada. De esa manera, por ejemplo, los equipos pueden recibir las actualizaciones de software estandarizadas y compartir los datos filtrados que pueden mejorar las operaciones en otras ubicaciones de la fábrica.
Los vehículos conectados a Internet son otro ejemplo común de edge computing. Los autobuses y los trenes cuentan con computadoras para realizar un seguimiento del flujo de los pasajeros y de la prestación del servicio. Los transportistas pueden aprovechar la tecnología integrada a sus vehículos para encontrar las rutas más eficientes. Cuando se implementa mediante una estrategia de edge computing, cada vehículo ejecuta la misma plataforma estandarizada que el resto de la flota, lo cual vuelve más confiables los servicios y garantiza la protección uniforme de los datos.
Los vehículos autónomos son otro claro ejemplo de edge computing, ya que implican el procesamiento inmediato de una gran cantidad de información en contextos donde la conectividad puede ser poco estable. Como la cantidad de datos que reciben los vehículos autónomos de los sensores es enorme, estos se encargan de procesarlos a bordo del vehículo, lo cual ayuda a reducir la latencia. Sin embargo, también pueden conectarse a una ubicación central para recibir actualizaciones de software inalámbricas.
El edge computing también ayuda a que los servicios populares de Internet funcionen con rapidez. Las redes de distribución de contenido (CDN) implementan servidores de datos cerca de los usuarios, lo cual permite que los sitios web más concurridos se carguen rápidamente y que se agilicen los servicios de transmisión de video.
Otro ejemplo de edge computing es lo que sucede en las antenas de telefonía móvil 5G cercanas. Cada vez es más común que los proveedores de telecomunicaciones ejecuten sus redes con la virtualización de las funciones de red (NFV), para lo cual utilizan máquinas virtuales que se ejecutan en sistemas de hardware estándar en el extremo de la red. Estas máquinas virtuales pueden reemplazar a los costosos equipos propietarios. Una estrategia de edge computing permite que los proveedores ejecuten el sistema de software en decenas de miles de ubicaciones remotas, sin sacrificar la uniformidad ni el cumplimiento con los estándares de seguridad. Las aplicaciones que se ejecutan cerca del usuario final en una red móvil también reducen la latencia y permiten que los proveedores ofrezcan servicios nuevos.